viernes, 16 de marzo de 2018

SOL EDAD



Imagen extraída de internet 


Ya no florecen margaritas en mi jardín,
sólo conservo alguna maceta de menta
para aromar mis días y
aquel clavel del aire
que tanta gracia te daba,
ya sabes,
por su empeño a vivir colgado a mi balcón.
Por cierto,
sigue empecinado en ser el único
que me ve despeinada,
según él,
nada presume de ser más natural
aunque el tiempo me vista como a él.

Ya no florecen margaritas en mi jardín,
los pajaritos pasan de largo y
hasta el sol madruga peñascos
en otros horizontes muy lejanos.
Cómo crees,
los inviernos relatan la costumbre
de dejar mis pies helados,
pero eso sí,
cuando vuelva la primavera
escribiré una carta al amor que nos tuvimos
y que se quedó a las puertas de nuestro otoño.
Pero no creas estoy a disgusto,
al fin y al cabo, son sólo margaritas
y mientras hay quienes las deshojan
yo les hago versos,
 y para eso,
mejor ausentes.

Ya no florecen margaritas en mi jardín,
puede que no les guste el encierro
y prefirieron mejor unos ojales
de algún viajante soñador.
Algunas salpican óleos contra mis rincones
y en un jarrón ajado por el tiempo
duermen sus pinceles.
Dicen que sueñan con un jardín,
aunque dudo sea el mío.
Si tuviera que decir que más extraño de ellas,
sería como cuando niña mis yemas lucían de abejas,
mientras volaba entre sus campos
aduciendo que de mayor
tendría un jardín así.
Sabes,
yo no las culpo,
si fuera como ellas
preferiría volar en el último soplo de un aire frío
a morir en la interrogante de alguien sin valor.

Ya no florecen margaritas en mi jardín,
pero dime:
-y aún me quieres?

Autora: Mariana Regueiro. Ariel 
Licencia de Creative Commons
Sol edad by Mariana Regueiro . Ariel is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en https://vuelvoamimar.blogspot.com.es/2018/03/sol-edad.html.




jueves, 8 de marzo de 2018

A TI, QUE TE LLAMAN MUJER



Imagen extraída de internet


A ti
que duermes en los colores del arco iris
que se pintaron en mis ojos,
amarillo como el maíz que creció en mi seno,
deja que tu corazón te hable sobre mi memoria
que no es más que la tuya haciendo juego.
Siéntate sobre mi regazo a pescar estrellas,
las mismas que están bordadas sobre tu lienzo.
Deja que te hable bien bajito
de los cuentos de nuestra historia,
no hay más que brujas con un mismo rostro
en las llamas de un universo que nos hace fuego.
Sé, que puedes escuchar cómo te canta el río
mientras con mis manos enjuago tu pelo,
qué no es más negro que el mío
o que aquella noche ancestral
de la que el viento ha escrito.

A ti
que guardas bajo tu falda
mares rojos de mis cuencos
y masticas hojarasca seca de
mis brotes de sueños,
rompe cadenas de desarraigo
como lágrima de cántaro nuevo.
Bajo el chopo de las penas
que queden todos los llantos,
sabré lamer cicatrices de cortezas de antaño
y a tus labios
mi saber decorará silencios.
Más nunca calles mis latidos,
déjalos correr bajo el puente del descreído,
por si sólo hablará mi tiempo.

Cuando llegue tu hora
alza tu mirada al cielo,
allí mora guardiana la luna de nuestro credo
la misma que nutre el ópalo sagrado
propio de la matriz que tu amor crea.
Tú que vives dentro del hombre
y te llaman mujer,
a ti,
que te he elegido
hermana de las raíces de
esta tu madre tierra,
hónrame que yo
 te venero.

Autora: Mariana Regueiro. Ariel 
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A ti, que te llaman mujer by Mariana Regueiro. Ariel is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial 4.0 Internacional License.
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FELIZ VIDA PARA TODAS . 




viernes, 2 de marzo de 2018

LA CAJA DE PANDORA




¿Nunca te he dicho lo bien que se te ve,
cuando te dejas amar?
Te entregas al antojo de la tarde 
sin oponer resistencia,
recostado en las arenas de mi ruedo
donde las riendas,
las pone tu dueña.
El último rayo de sol perdura en tu vientre,
sonrojando la lentitud
que trae mi pelo desde tus tobillos.
Así quiero amarte,
sin prisa.
Para mirar como tus rasgos cobran vida
y son los olores un plato fuerte
para comer entre sábanas.
Complace este gusto que tengo de ti,
deja que tus aguas se hagan de mi boca
y deshaz ese nudo
que en mi garganta te ahoga.
Suelta tus gemidos a merced de mis uñas,
eso sí,
no esperes compasión de esos labios
que creías dulces.
Dictan de ser los peores.
Ellos saben la justa medida del delirio,
aprietan unas ansias desmedidas
y le dan paso al bocado
que te dejará su condena.
No puede ser más precisa,
quien de burlas sabe por zorra
y entre todas
las que tú nombras,
la más lasciva.
No dejes teja la prisa,
ni des paso a una muerte rápida.
Que el gusto se quede prisionero
a puertas abiertas,
gota a gota,
seré yo quien me coma tu vida. 
Autora: Mariana Regueiro. Ariel
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La caja de Pandora by Mariana Regueiro. Ariel is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.