Y me preguntas: ¿por qué tienes que quererme?
Pregúntale al trébol que cuelga de tu cuello,
si es mala o buena suerte,
que te diga por qué me ató a tu pecho.
Y ahora, como vagabunda sin sitio,
me conformo con ser ocupa en tu sentimiento.
De día río por la ventana de tus sueños
y de noche lloro la pena en tu alojo.
Pregúntale a tus ojos carceleros
que de mis retinas hicieron la condena
de mi silueta en tus versos;
y si has sido tú quien me ha creado
para ahogar tus te quiero o tus te amo
en un eterno reclamo.
Y si aún te quedan dudas, pregúntale a la lluvia,
esa que no cesa porque se ha aliado con mis ojos
para hacerte saber lo triste que se ve mi cielo.
Y me preguntas ¿por qué tengo que quererte?
eso pregúntaselo a Noviembre,
porque ahí sí que culpa no tengo,
y sino que salgan de testigos Diciembre, Enero
y hasta el corto febrero,
que han visto cómo en tus brazos me has retenido.
Y si no que te lo digan mis labios
que ya no saben a fresa,
sino al Cola Cao de tu matutino capricho,
ese que justo antes de tocar las siete
me deja tu pijama azul a rayas y un beso.
O tal vez tus te extraño o los míos,
que se miman entre horas como el picoteo
de los te amo que vendrán luego.
Si aún te quedan dudas, pregúntale a mi voz
que se quiebra en las líneas que escribes
cuando me echas de menos.
Ahora junta todas las respuestas
y piensa qué quieres…
o me amas como merezco
o me entregas de vuelta a tus sueños.
Yo te seguiré amando hasta que en otra vida
se atrevan a despertarme tus besos.
Autora: Ariel
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