sábado, 22 de agosto de 2015

SELENE Y EL SOL





En un tarde de lluvia de invierno. Esas donde el silencio se instala en el aire, mientras que, el ruido a la lluvia solo es el sonido de fondo, y el olor a la tierra mojada se impregna en los sentidos dando pie a los sentimientos a volar.
Selene caminaba por el bosque dejando que la lluvia la acariciara.
Sus pasos pequeños sonaban sobre las hojas caídas, mientras de sus ojos brotaban las lágrimas, que se mezclaban con las gotas de lluvia.
Ella solo quería poder acabar con su vida, terminar con el dolor que tanto le afligía.
Y en ese instante de desesperación, un milagro aconteció.
Desde el otro lado del mundo, bajo el mismo cielo, Sol corría sin mirar atrás solo quería escapar de la muerte que lo perseguía. Su sangre estaba contaminada por los odios que él mismo creía.
La lluvia cubría su piel mientras la congoja de su llanto lo ahogaba. Y en ese breve instante de desesperación, una luz se cruzó en su camino.
Milagro o casualidad o quizás, algo que por dios estaba escrito.
Dos sitios diferentes en el mundo se cruzaron por un instante, dejando a Selene y a Sol frente a frente, haciendo que sus miradas se fundieran en una dimensión desconocida.
Dos almas que se reencontraban en una misma vida.
Él tomó sus manos y las llevo a su corazón. Ella besó su frente y se abrazaron bajo la misma lluvia.
Unas milésimas de segundo bastaron para que se abriera un canal, para que Selene y Sol se hicieran compañía.
Desde ese día, cada tarde de lluvia, los dos se buscaban encontrándose en secreto bajo la bendición de la lluvia que los cubría.
Selene descubrió que aún había una razón por la cual vivir, quería darle a su Sol de vuelta la vida.
La conexión se hizo tan fuerte, que ella volaba en sueños hasta él, vestida de blanco. Él sentado en su cama la esperaba cansado, ya casi sin fuerzas, sin querer entregarse a la muerte solo para verla.
Ella de luz lo bañaba, sanando su sangre, con el amor que de sus manos brotaban. Sabía que en cada visita que le hacía, de su misma vida se desprendía.
Pero si debía morir quería hacerlo por amor, dándole su energía a quien tanto quería.
La noche en la que él, de su enfermedad se curó, la esperó durante horas con su ventana abierta. Pero ella nunca llegó. Solo la luz de luna que, sin permiso, entraba abrazándolo en su cama.

Selene nunca más volvió. Él ahora la recuerda mirando la luna desde su ventana. Abrazando a Selene, aunque ya no la pueda ver.

                                                                   Autora : Ariel 


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Selene y el sol by Ariel is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en http://vuelvoamimar.blogspot.com.es/2015/08/selene-y-el-sol.html.

2 comentarios:

  1. Amor
    Alegría
    Tristeza
    Lucha
    Besos
    Ungüentos
    Vida
    Muerte

    Componentes invariables de esta vida.

    Un gusto, Ariel.


    ***

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  2. Es un milagro formado de todo lo que citas. Muchas gracias por tu gentileza . Ariel

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